CALENDARIO AZTECA


INTRODUCCIÓN


La Piedra del Sol es un monolito que sintetizó el conocimiento astronómico que los antiguos mexicanos habían desarrollado hasta antes de la conquista española. La piedra fue localizada “circunstancialmente” a finales del siglo XVIII en el costado sur de la Plaza Mayor de la ciudad de México, donde había sido depositada con el relieve hacia abajo y cuidadosamente enterrada para no ser destruida por los evangelizadores españoles durante el periodo colonial. Según el arqueólogo Felipe Solís, “los sobrevivientes a la hecatombe protegieron su diseño con una capa de cenizas volcánicas o arena, con lo que la salvaron de una inminente destrucción.”[2]




Pero la fecha exacta de su descubrimiento, el 17 de diciembre de 1790, pone en evidencia que su resurgimiento de las entrañas de la tierra fue un acontecimiento magistralmente planeado, ya que en esa fecha comenzaba el año trece carrizo. El símbolo colocado en la parte superior del Calendario Azteca.

La Piedra del Sol es uno de los monolitos más antiguos que se conserva de la cultura mexica, cuyo tallado fue fechado alrededor del año 1479. En el Templo Mayor de México-Tenochtitlan, probablemente ocupó un destacado lugar colocado sobre uno de los templos llamado Quauhxicalco. Antes del reciente descubrimiento del monolito de Tlaltecuhtli, dios-diosa de la tierra, con sus 4 por 3.57 metros de altura y que se encuentra actualmente en proceso de salvamento y restauración, se pensaba que la Piedra del Sol era el más grande en dimensiones. Fue derribada o enterrada al consumarse la Conquista de México y permaneció así hasta su hallazgo en el Zócalo, la plaza mayor de Ciudad de México, el 17 de diciembre de 1790. Fue colocado a un costado de la Catedral Metropolitana. A finales del siglo XIX se transladó al museo arqueológico de la calle Moneda y en 1964 fue transladado al Museo Nacional de Antropología e Historia, donde preside la Sala Mexica de dicho museo y está inscrito en diversas monedas mexicanas.



CALENDARIO AZTECA

Descripción del Calendario

Los motivos escultóricos que cubren su superficie parecen ser un resumen de la compleja cosmogonía mexica
En el centro del monolito se encuentra el rostro del dios solar Tonatiuh[2] dentro del signo "movimiento" (Ollin), con sus dos manos, cada una con una pulsera; un ojo y ceja, porque nada se le puede ocultar. Además en cada mano, sus garras apresan un corazón humano, y su lengua está representada como un cuchillo de pedernal, expresando la necesidad de sacrificios para la continuidad del movimiento solar.

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